Un albergue es un lugar para descansar y dormir. ¿Y a quién le gusta dormir sin tirar un palo? Hay gente que no puede ni dormir. Por eso las chicas son siempre bienvenidas allí. Y si se tira un chorro para deleite del público, puedes invitarla a un cóctel caliente en la boca, ¡por cuenta de la casa!
Los chicos van y vienen, y el dinero y el buen sexo nunca hacen daño a una chica. Podías ver cómo se le iluminaban los ojos al ver los billetes, y con qué placer mal disimulado le frotaba la polla con la lengua.